La enseñanza de la comprensión lectora
La lectura como conjunto de habilidades
o como transferencia de información
Esta teoría supone el conocimiento de
las palabras como el primer nivel de la lectura, seguido de un segundo nivel
que es la comprensión y un tercer nivel que es el de la evaluación. La
comprensión se considera compuesta de diversos subniveles: la comprensión o
habilidad para comprender explícitamente lo dicho en el texto, la inferencia o
habilidad para comprender lo que está implícito y la lectura crítica o
habilidad para evaluar la calidad de texto, las ideas y el propósito del autor.
De acuerdo con esta concepción, el lector comprende un texto cuando es capaz
precisamente de extraer el significado que el mismo texto le ofrece. Esto
implica reconocer que el sentido del texto está en las palabras y oraciones que
lo componen y que el papel del lector consiste en descubrirlo.
Las investigaciones llevadas a cabo por
Rockwell (1982), Collins y Smith (1980) y Solé (1987), revelan que tanto los
conceptos de los docentes sobre lo qué es aprender a leer, como las actividades
que se llevan a cabo en las aulas no incluyen aspectos relacionados con la
comprensión lectora. Esto pone de manifiesto que los docentes comparten
mayoritariamente la visión de la lectura que corresponde a los modelos de
procesamiento ascendente según los cuales la comprensión va asociada a la
correcta oralización del texto. Si el estudiante lee bien, si puede decodificar
el texto, lo entenderá; porque sabe hablar y entender la lengua oral.
Esta teoría tuvo tanto arraigo que aún
hoy día los sistemas escolares basan en ella la enseñanza de lectura. Nuestro
país no es una excepción, baste a manera de ejemplo, echar un vistazo a las
guías curriculares de los programas de español y a los libros de texto
existentes. Encontramos un sinnúmero de recomendaciones y ejercicios que sólo
pretenden que los estudiantes extraigan el significado del texto.
La lectura como un proceso interactivo
Los avances de la psicolingüística y la
psicología cognitiva a finales de la década del setenta retaron la teoría de la
lectura como un conjunto de habilidades. A partir de este momento surge la
teoría interactiva dentro de la cual se destacan el modelo psicolingüístico y
la teoría del esquema. Esta teoría postula que los lectores utilizan sus
conocimientos previos para interactuar con el texto y construir significado.
Kenneth Goodman (1982) es el líder del
modelo psicolingüístico. Éste parte de los siguientes supuestos:
1. La lectura es un proceso del
lenguaje.
2. Los lectores son usuarios del
lenguaje.
3. Los conceptos y métodos linguísticos
pueden explicar la lectura.
4. Nada de lo que hacen los lectores es
accidental; todo es el resultado de su interacción con el texto. (Citado en
Dubois, p10)
Frank Smith (1980), uno de los primeros
en apoyar esta teoría, destaca el carácter interactivo del proceso de la
lectura al afirmar que "en la lectura interactúa la información no visual
que posee el lector con la información visual que provee el texto" (Citado
en Dubois, p. 11). Es precisamente en ese proceso de interacción en el que el
lector construye el sentido del texto. De manera similar Heimilich y Pittelman
(1991), afirman que la comprensión lectora ha dejado de ser"un simple
desciframiento del sentido de una página impresa" (p.10). Es un proceso
activo en el cual los estudiantes integran sus concimiento previos con la
información del texto para construir nuevos conocimientos.
Dubois (1991) afirma que: "el
enfoque psicolingüístico hace mucho hincapié en que el sentido del texto no
está en las palabras u oraciones que componen el mensaje escrito, sino en la
mente del autor y en la del lector cuando reconstruye el texto en forma
significativa para él"( p.11). Igualmente, para Tierney y Pearson (1983)
son los lectores quienes componen el significado. Por esta razón no hay
significado en el texto hasta que el lector decide que lo haya.
Heimlich y Pittelman (1991), apuntan que
"la consideración del proceso de la lectura como un diálogo mental entre
el escrito y el lector es un efecto de la gran influencia que ha tenido la
teoría de los esquemas" (schemata) (p.11) en la comprensión de la lectura.
Y se preguntarán, ¿qué es un esquema?
Según Rumelhart (1980), un esquema es una estructura de datos que representa
los conceptos genéricos que archivamos en la memoria. Hay diversos esquemas,
unos que representan nuestro conocimiento otros; eventos, secuencia de eventos,
acciones, etc.
La teoría de los esquemas explica cómo
la información contenida en el texto se integra a los conocimientos previos del
lector e influyen en su proceso de comprensión. La lectura como el proceso
mediante el cual el lector trata de encontrar la configuración de esquemas
apropiados para explicar el texto en cuestión. Los psicólogos constructivistas
retomaron el concepto del esquema utilizado por Bartlett en 1932 en sus
estudios sobre la memoria para designar las estructuras cognoscitivas que se
crean a partir de la experiencia previa. Un esquema, según la definen sus
teóricos, es la red o categorías en la que se almacena en el cerebro lo que se
aprende
De este modo, el lector logra
comprender un texto sólo cuando es capaz de encontrar en su archivo mental (en su
memoria) la configuración de esquemas que le permiten explicar el texto en
forma adecuada. Cuando una persona lee sobre un museo o ve imágenes, fotos o lo
visita, va agregando cada una de estas experiencias a su esquema de lo que es
un museo. Algo que no puede hacer quien no tiene dichas experiencias. Cuando no
se ha tenido experiencia alguna sobre un tema determinado, no se se dispone de
esquemas para activar un conocimiento determinado y la comprensión será muy
difícil, si no imposible.. Estos esquemas están en constante desarrollo y
transformación. Cuando se recibe nueva información, los esquemas se
reestructuran y se ajustan. Cada nueva información amplía y perfecciona el
esquema existente. (Heimlich y Pittelman,1991)
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