EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO
de Marcel Proust
de Marcel Proust
Los placeres y los días (fragmento)
Como la naturaleza, la inteligencia
tiene sus espectáculos. Nunca las auroras, nunca los claros de luna que me han
hecho delirar tan a menudo hasta las lágrimas, han sobrepasado para mí en
apasionada ternura ese amplio incendio melancólico que durante los paseos del
final del día, matiza tantas aguas en nuestra alma, que el sol cuando se pone,
hace brillar en el mar. Entonces precipitamos nuestros pasos en la noche. Más
que un jinete al que aturde y embriaga la velocidad creciente de un animal
adorado, nos entregamos temblando de confianza y alegría a los pensamientos
tumultuosos a los que, cuanto más los poseemos y los dirigimos, sentimos
pertenecer cada vez más irresistiblemente. Es con emoción afectuosa que
recordaremos el campo oscuro y saludaremos las encinas llenas de noche, como el
campo solemne, como los testigos épicos del impulso que nos arrastra y que nos
embriaga. Elevando los ojos al cielo, no podemos reconocer sin exaltación, en
el intervalo de las nubes aún conmovidas por la despedida del sol, el reflejo
misterioso de nuestros pensamientos: nos hundimos cada vez más rápido en el
campo, y el perro que nos sigue, el caballo que nos lleva o el amigo que se ha
callado, más aún, cuando a veces no hay ningún ser viviente a nuestro lado, la
flor de nuestra solapa o el bastón que revolotea alegremente en nuestras manos
febriles, reciben en miradas y en lágrimas el tributo melancólico de nuestro
delirio. "
MI BLOGGER
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DOCENTE
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ESTE SERA UN ESPACIO PARA RASTREAR EL CAMINO DE LA LECTURA Y
BUSCAR ALTERNATIVAS PARA ACERCARSE AL MUNDO DE LA COMPRENSIÓN Y GOCE DEL
TEXTO
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MAGNOLIA JIMÉNEZ
H.
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